Andarinos y andarinas
arropados por la brisa
y sin prisa
Paso a paso por senderos
ahuyentando la fatiga
y con vigor
al alba, es el caminar
al ocaso, el acabar
y sin fuerza
Doliente cuerpo
henchido corazón
y desazón
Vuela la vida
cual ruidosa gaviota
y caminante, camina
Caminante que compartes
el caer y el levantarte
y el sentir
Mirar con ojos del alma
la belleza del paisaje
y resistir.
Orondo girasol enrojecido,
lánguidas sombras
el atardecer se mece en el silencio
y el día se agota.
Pepa Fernández
(dedicado al grupo “ Los Venerables”)
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