UN OTOÑO PARA LA HISTORIA

Era un otoño que más parecía invierno, de esos que llegan sin avisar. Se había colado por la última rendija del verano. De pronto todo se torno gris; las compactas masas de nubes se descomponían en torrenciales lluvias; el viento podía con todo, no se le resistía nada; el mar rugía y se encrespaba con toda su fiereza, contemplándolo, no se distinguía, que era más oscuro, si sus enfadadas aguas de cresta gris y no blanca, o el plomizo y grueso cielo que como pesada losa caía sobre él.

Así pasaron los días de octubre y, con mucha dosis de resignación llegamos a Noviembre, para mí el mes más triste y anodino, empezando por su primer día dedicado a recordar muertos, santos muertos y cementerios. Algo tiene este mes que me sobrelleva, siento la melancolía calarme hasta los huesos. El sentimiento de la tristeza invade mi estado de ánimo y aletarga mi alegría en la espera de una nueva primavera.

Metidos de lleno en el nebuloso otoño y ya echando el pie para iniciar Noviembre. El destino quiso hacernos un sorprendente regalo, de los que van ha hacer época (nunca mejor dicho). El regalo en cuestión es tan grandioso, como que el Príncipe heredero de la Corona, eligió para compartir su vida a una mujer de "sangre roja". Alumna de Instituto público, no le fue necesario pasar por colegios ingleses, ni por internados suizos para ser "la elegida" y llegar a la mismísima Realeza. Fue escogida entre los corrientes mortales, y, en principio su bagaje es el afán de superación y la labor bien hecha de cada día; como no decirlo, también, su resplandeciente hermosura.

En este otoño oscuro y lluvioso, se abrió un ventanal. Lo que vimos a través de él fueron caras felices y radiantes, envueltas en la luz de los enamorados, que no hay sol ni estrella que destile otra igual.

Como si se tratara de un cuento de xianas y manantiales, de valles paradisíacos y bosques encantados, aparece una asturiana que es la elegida para llegar a reina. Con ella se hará un punto y aparte en los futuros acontecimientos de nuestra historia.


-- Felicidades para todos —


Pepa Fernández 04-11-03

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