A PROPOSITO DE "TRIUNFO"

El fenómeno, el impacto o la última moda de este país, (como Vds. Quieran llamarlo), que ha causado "Operación Triunfo", sin precedente en nuestro mundo televisivo, y el "no va más allá" de esta sociedad de ahora mismo, a mi particularmente me produce una sensación cuando menos un tanto escéptica, y me predispone como mínimo a hacer una reflexión. Confieso que he dedicado pocas horas a la contemplación televisiva, pero como llego a ser la noticia de telediarios y tema de primer orden en todo tipo de prensa, creo que me ha bastado y hasta voy sobrada para comenzar a dar una opinión: Si lo que pretendían promotores, productores, organizadores, creadores de ideas y un sin fin de etc., era demostrar que es posible todavía ver a través de ese medio a gente joven "limpia" hasta la más impecable acepción de la palabra; si lo que nos mostraron y demostraron era el valor del esfuerzo, del sacrificio y de la superación, (con mucha motivación y apoyo, que todo hay que decirlo), si es así le doy el aprobado entre comillas. Siempre será positivo y aplaudible que la gente joven se enganche a causas nobles, de esfuerzo de superación de ir salvando obstáculos, poniendo de su parte lo mucho bueno y valioso que tienen, con una postura abierta para llegar a construir su propio futuro.

Dicho todo esto, lo primero que pensé al ver de que se trataba fue en toda esa gente joven que se está "matando", que queman sus pestañas dedicando días y en muchas ocasiones noches al estudio, para sacar una carrera adelante, que comenzaron a los 6 años en un colegio con su pequeña o grande disciplina, sus horarios, sus deberes, sus obligaciones etc. Y ahora con 20 año o más están estrujando hasta el límite su cabeza, dedicando más horas de las que existen en preparar exámenes, acudir a la Universidad, afrontar en ella muchas veces el vació y la incomunicación, llevándoles casi siempre al desconcierto, acaba siendo un arréglate como puedas y vence las trabas que encuentres, para luego con un titulo bajo el brazo comenzar otra carrera de obstáculos, llamar a muchas puertas y demostrar ellos en solitario lo que valen, este recorrido tienen que hacerlo casi todos los jóvenes para lograr un mejor o peor medio de vida, y una formación humana y académica para su persona, y esto como ya detalle no se logra en tres meses

¿No estarán las cosas fuera de su sitio?
Pepa Fernández 2001

Benditas goteras

Hoy visitando a mi amiga del alma Dora, en el hospital donde fue operada, afortunadamente de poca cosa. Ella que posee el don de la sabiduría sin artificio, adoptada con naturalidad, casi sin darse cuenta, pero que la dota de algo especial, me decía con un toque de gracia dentro de su postoperatorio : "esto no es nada, son simples goteras". Vine para casa y no deje de pensar en ello, y en el alcance de esas "goteras". Esto es porque al pasar la barrera de los 50 el que más y el que menos hace su inventario particular, y esa hojita imaginaria donde tenias una puntuación para casi todo, pues resulta que hay que modificarla y reordenar todos sus valores, entonces ocurre que aquello que antes te pasaba desapercibido, ahora le das un significado especial. Dejas de ver por un tiempo a una compañera de colegio, y un buen día ves a alguien con su cara pero diferente expresión y algún que otro surco, y asi, casi sin darte cuenta vas asumiendo que aparezcan algunas modificaciones en tu cuerpo y en tu salud, pero siempre pensando en positivo, que todo quede en arreglar pequeñas "goteras", que no pase de ahí. De todas formas la que suscribe sigue viendo la botella medio llena.

Pepa Fernández - 2003

LA BELLEZA DE UN SONIDO

Entre todos los sonidos que existen, hay uno que tiene el poderoso valor de identificar a cada persona. Todos tenemos voz, pero no hay dos iguales. Hay voces melodiosas, broncas, chillonas, dulces, apagadas, melindrosas, cadenciosas..... y algunas más para poner sonido a cada uno de los mortales.
Creo que la voz es uno de los atributos que mejor adorna a una persona. La voz a veces llega a tener tal magnetismo, que no se quiera ni un segundo estar sin oírla, sin sentirla cerca, puede imantar todo un espacio. Hay algún tono de voz tan envolvente que el simple hecho de oírla hace que te sientas feliz o protegido, o porque no, atontecido escuchándola, en ocasiones puede llegar a ser el detonante para el inicio de la aventura amorosa.
Cuando iba a ser madre, me preguntaba que voz tendría mi hija, luego comprobé lo rápido que ella conoció la mía; como con apenas días notaba que era yo la que le hablaba. El primer sonido que salió de su boca, no lo olvidaré. Igual que no olvidaré la voz de mi padre, es curioso como en el recuerdo y con el paso del tiempo, se puede desfigurar su rostro en mi mente, y, sin embargo el sonido de su voz permanecerá siempre vivo en mí.
Las voces son invisibles telarañas donde todos estamos prendidos, y la voz es el sonido más perfecto que se haya fabricado, es la música de fondo de esta pieza teatral que es el mundo, sin esa música los personajes no tendrían vida.
Estoy sentada en el silencio de mi casa, y de repente oigo una voz hermosa y familiar: es mi madre.
Pepa Fernández 27-11-05

RETAZO DE VIDA EN SEPIA


En sepia era la España de este relato, a penas había color en los pueblos y ciudades, la luz no era luz, era más bien lánguida sombra; los hombres eran oscuros y muy delgados, con ojos que decían mucho de sufrimiento; las mujeres, quizás por su condición, querían a toda costa sentirse favorecidas y la mayoría de las veces solo conseguían parecer rancias muñecas.

A menudo, al pasar por las calles se oían coplas del más surrealista de los folclores de la época, cantadas por una Imperio Argentina, o tal vez por el ama de la casa, que de esta forma evadía y transformaba la cruda realidad que se vivía, y por unos instantes la convertía en aventuras de vida frívola o en pasiones malogradas que era todo lo que encerraban aquellas canciones.

Los niños tenían que emplear la imaginación sacando recursos de donde no los había para realizar juegos, muchas veces inventados por ellos mismos, o acudiendo a los ancestrales con toda su fantasía. Eran contados los juguetes que se podían comprar, esto solo quedaba para los privilegiados que tenían acceso a ese lujo. La vida era simple y sencilla, pero muy complicada a la vez, existían las penurias del día a día, todos tenían que ir a "una", había demasiadas heridas, demasiados miedos y demasiadas humillaciones, había odios y fanatismos, pero también muchos ideales, hasta llegar a dar la vida por ellos. Esto y mucho más era lo que llevaban aquellas gentes en sus carnes, en sus rostros y en sus memorias. Ahora la meta era olvidarlo, el halo que les quedaba de vida o de esperanza había que apurarlo, había que recuperar el tiempo pasado, quizás el destino así lo quiso.

En medio de este ir y venir (en esa época se caminaba más de un sitio para otro), en las calles eran contados los coches y como joya del transporte público circulaba un tranvía, por eso digo que en medio de este "trajín", se encuentra Maria, y con ella un sinfín de hombres y mujeres que salían de sus casas por una necesidad de supervivencia que era ganarse el pan y poco más, sencillamente para salir adelante. En estos momentos se produce una imagen que yo particularmente siempre la observe con mucha curiosidad y que duraría unas décadas más, que es el movimiento ingente de hombres con sus fundas de trabajo accediendo a las fábricas al toque de repetitivas sirenas, era mucha la necesidad de mano de obra, se partía como quien dice de cero. Todo ello es ya una visión para el recuerdo. Como decía, estaba Maria corriendo casi siempre tras el tranvía para acudir a su trabajo. Pero la verdadera historia para ella comienza años atrás, cuando solo era una rescamplada moza con apenas 19 años, llevando como únicas pertenencias su juventud y el amor que tenia al que iba a ser su marido, éste con buena figura, delgado y moreno, destacaba en él su pelo que brillaba como brilla la luna para los enamorados.

Y así de esta manera y en vísperas de una guerra incruenta, se acercó Maria al altar para unirse ante Dios con el que amaba con todas sus fuerzas, ajena a lo que se estaba preparando en las entretelas del ejército español. Fue el cura el único que tenia información de buena fuente y muy claro les anticipó lo que se venia encima, pero ya no se iba a dar marcha atrás, el amor por encima de todo, el amor y lo que ya estaba en camino.

El que se anticipo a los acontecimientos no se equivocó, en cuestión de meses se armó la "marimorena" en esta España, todo iba a tomar un giro imprevisible. Maria como si despertará del mejor de los sueños, se quedó sin proyecto, sin futuro y sin su recién estrenado compañero, eso sí con una hermosa hija.

Todo ocurrió muy rápido y a la vez torpemente. Su marido estaba lleno de confusión y de miedos, quizás su juventud ante los hechos monstruosos que acontecían, era la causa de tanta duda y frustración. En la fábrica donde trabajaba pasaron cosas muy raras y sin saber que hacer, solo se le ocurrió marchar sin rumbo para unirse a cualquier bando, no era su guerra, sus ideales no eran precisamente bélicos, no era fanático, solo tenia claro que su afán era el amor y la paz, no pertenecía a ninguna facción, ¿Por qué se le pedía un esfuerzo tan grande? Salió al mar como pudo, llegó a la extenuación, cruzó tierras inhóspitas llenas de miseria, luchó en frentes... pero lo más duro era estar lejos de aquel sueño de vida que era su mujer y su apenas conocida hija.

Pasaban los meses, y a pesar de tenerlo todo en contra, mantenía fresco y vivo el sentimiento por la persona que había elegido para compartir su existencia, cada vez era más fuerte el ansiado deseo de estar junto a ella, solo podía idealizarla en su corazón, estaba lleno de juventud y no superaba que aquel hermoso comienzo le fuera arrebatado por los odios y las incomprensiones que traen la guerra.

Un día tuvo ocasión de enviar una carta (si así se podía llamar), a su mujer. Solo 10 palabras, era la exigencia del Organismo Internacional que iba a hacer llegar el mensaje, ¡solo 10!, solo 10, cuando en su mente fluían a borbotones sentimientos y deseos insaciables que expresar a ese ser que todavía era sueño para él, y que no sabia si volvería a ver.¿Como empezar?, ¿Como expresar tanto amor contenido con tan pocas palabras? Tuvo que tragar las lagrimas, le pareció injusto lo que el destino le deparaba, de esa manera como se siente la injusticia cuando se es joven. Por estar en medio de un horror que no entendía, se consideraba castigado hasta el extremo sin merecerlo, y empapado en esa amargura, la vida le daba la oportunidad de enviar 10 palabras a sus seres queridos Era la ironía del destino, a caso lo último que podía decirles. Fue tal el dolor que tuvo que soportar, que sintió desgarrarse algo en su interior, pensó que nunca volvería a ser el de antes, algo le estaba marcando para toda la vida, y cerrando los ojos con mucha fuerza para sostener sus lagrimas quiso sentir por un instante el olor a recién nacido de su hija.
Pepa Fernández 2001

LAS TRIBULACIONES DE UN INQUILINO AVERIADO

Se levantó como todos los días, antes que la claridad hiciese acto de presencia. Mecánicamente, y, por una necesidad imperiosa se lanzaba hacia la cafetera, ésta era la protagonista mañanera de la casa, no se concebía ese primer momento del día sin su penetrante aroma a café, que llegaba hasta el ultimo rincón. Así había sucedido diariamente, pero, aquel día no fue igual, el aroma tan esperado no acababa de invadir el ambiente. Poniendo cara de extrañado corrió hasta la cocina comprobando el desastre: la cafetera echaba chispas, un agua negruzca se desbordaba a modo de catarata y algunos pedazos volaban por el aire.

Con los minutos contados para llegar a la oficina prefirió olvidarse del café y volver al aseo.Cuando daba los últimos toques a su afeitado, siente una inusual humedad en los pies, apercibiéndose con el consabido asombro, que es por la tubería del lavabo por donde sale el agua a borbotones. Como era hombre de recursos, sin más dilación llamó al servicio de fontanería, pensando, -esto se arregla en un santiamén-. Cual sería su sorpresa al oír que la voz que contestaba al teléfono no era humana, sino creada a partir de hilos y corriente eléctrica, como un autómata le pedía datos y más datos; le mandaba pulsar teclas y contestar si ó no a las preguntas que le hacía.

Mientras tanto el agua se deslizaba dulcemente por toda la casa. Ante tanto desconcierto prefirió ir al grano y cerrar la llave de paso. Lo de llamar lo dejare para más tarde -se dijo- . Procurando no resbalar y después de dejar medio ajuar por el suelo para empapar el agua, salió hacia su trabajo, y, como la puntualidad no era su principal virtud, nadie dio importancia al retraso.

Durante la mañana hizo varias llamadas al servicio técnico, unas veces le encaminaban a otro departamento; otras, con una repetitiva musiquilla quedaba pegado al auricular, para terminar perdiendo los nervios. Después de muchos intentos y ya casi entrada la tarde, consigue oír una amable y cadenciosa voz que le escucha y le toma datos, pero que contundentemente le ordena que en cuestión de minutos tiene que estar en su domicilio, ya que el fontanero se encamina hacia allí. Sin apenas capacidad de reacción, sale todo lo aprisa que puede de la oficina, toma el primer taxi que pasa e intenta relajarse, pensando únicamente en llegar a tiempo, ya que la jornada está a punto de acabar.

Cuando el taxi enfoca el portal, ve apoyado en la puerta al operario con su riguroso maletín metálico. A la frenética orden de parar, continua un chirriante frenazo, al tiempo que se abre la puerta y aparece una muleta y tras ella un torpe cuerpo con una pesada pierna. El esfuerzo que tuvo que hacer para toda la maniobra de salida, no fue inconveniente para regalar su mejor sonrisa al hombre tan esperado. A la pregunta de que le pasó, éste le contesta con cara de resignación, -no, nada-, patiné en un charco y me hice un esguince.


Pepa Fernández (11-11-03)

PEQUEÑOS GRANDES DIOSES

Más de la mitad de los seres que habitan este complicado y único planeta habitable pasan verdadera hambre o están a dos palmos de pasarla, o, en el mejor de los casos, cada día que amanece tienen que afrontar el reto de la subsistencia. Hacen su reválida diaria para engullir algo y así mantenerse con vida hasta el día siguiente para volver a comenzar. Esta sangrante realidad convive en este espacio llamado mundo, quien sabe si por maquiavélicos intereses, con otra poderosa realidad, (nunca mejor dicho, lo de poderosa).

Estas dos crudas verdades, por contrapuestos motivos, nos enciende el faro de la indiferencia constantemente. La segunda casi siempre mira para otro lado cuando pasa por su puerta la primera. La segunda es esa porción de cohabitantes del mencionado espacio, no son tantos como los otros, pero son suficientes para casi siempre sembrar el escándalo. Son los que cincelaron y forjaron su mundo dentro del otro, poniendo muros indestructibles. Son los que todo lo compran o lo venden, según intereses de mercado, incluidas las personas. Son los que los sentimientos, hace mucho que dejaron en el desván, junto a los trastos. Son los que extraen formulas de la chistera, para salir airosos de cualquier incordio. Son los que tejieron gigantescas telarañas de poder, a modo de brazo aniquilador ante cualquier intruso. Son los que ya pasaron la imaginaria frontera de la realidad, y, pululan por encima del bien y del mal. Son esos a los que vivir de lo que ganas honradamente les suena a algo risorio. Son en definitiva monstruitos disfrazados de humanos.

Solo tienen un problema, que de momento no han resuelto, y es estar en más de un sitio o lugar a la vez. Porque claro, si estoy en la mansión de la playa, y coincide con el safari de Kenia, ¡que fastidio¡; si estoy en la Isla de Java recibiendo tratamiento anti estres, no estoy en la mansión de Los Campos Elíseos; Y si acudo a las Islas griegas en el yate, posiblemente me coincida con el campeonato de golf, ¡y vaya faena¡; cuando voy a la casa de la montaña, tengo que dejar a buen recaudo la casa de la ciudad, por lo que pueda pasar, etc.. Y claro es un verdadero y a veces triste problema, es una molesta contrariedad, no poder estar, por lo menos, en dos sitios a la vez. Y así estos deshumanos viven un sin vivir. Aunque con el vertiginoso avance de la tecnología, un día de estos igual queda resuelto este conflicto, y se puede estar y disfrutar de dos lugares a la vez, claro está, físicamente, porque con el espíritu, si es que aún lo conservan, lo habrán puesto en práctica a menudo.

¡Ah! luego queda la tercera realidad, que somos el resto y con ojos de horror miramos a ambos lados y lo que vemos nos deja predispuestos para no creer ni en nada ni en nadie. Que conste que no es catastrofismo, que encima, tenemos un corazón que no nos cave en el cuerpo, faltaría más.
Pepa Fernández
Julio 2006

EL SER Y EL ESTAR

La pregunta me la voy a hacer al revés. Por lo regular se dice ¿Qué va a ser de mi?, yo me pregunto ¿Qué fue de mi?, (antes de...). Poniendo todo mi caudal mental a trabajar y por mucho empeño que invierta en ello, los primeros recuerdos que mi mente ha procesado del inicio de mi vida, vienen a la par más o menos con los primeros silabeos. ¿Pero como fue mi existencia hasta ahí?, ¿Cómo ese espacio?, ¿Cómo esa célula diminuta, del tamaño de una semilla de amapola, comenzó a latir? Nueve meses dentro del cómputo de años de una vida son casi nada, pero ese mismo tramo de vida dentro del espacio materno lo son todo. Ahí se van a fraguar gestos, reacciones y costumbres que adoptaremos para siempre.


De repente sentí un calor reconfortante; la luz era la justa para un reposo y algún que otro saltito; sentía como me mecían, como los sonidos eran relajantes, aunque a veces me asustaba algún chillido, acurrucándome rápidamente para alejarlo. De alguna forma estaba practicando estrategias de defensa. Las pupilas gustativas también funcionan y a ratos me llega un saborcillo que por entero me invade y al que quedaré enganchada para siempre, otros los rechazaban frunciendo el ceño, bostezaba y me estiraba. En la mullida oquedad tenia todo lo que podía necesitar, nada ni nadie me fallaba, no conocía el frío ni el desamparo, todo era protección y amor.

Pasado un tiempo me sentía más fuerte y capaz, ya estaba muy definido lo que latía, era mi corazón, aunque fuera del tamaño de una alubia. Jugaba con mis manos, manos que con sus movimientos, serian para siempre manifiesto de un lenguaje mudo que me acompañaría en mi forma de expresarme.

Un día tanto me estire que algo se rompió ¡que pena!, ya era pequeño el espacio para mí. La sensación de estar pendiendo en el vacío, (por cierto tan placentera), iba poco a poco desapareciendo y más aprisa de lo que yo hubiese deseado, algo con mucha fuerza, casi brutal me empujaba, la rosácea luz desaparecía y sentí un frío inexplicable. Luego supe que esa era la primera sensación de estar vivo. Los estímulos y experimentos que había tenido en ese hueco maravilloso daban a su fin, y, pasaría a formar parte de un espacio inmenso, pero mucho más hostil. Tendría una vida entera para dar, recibir y compartir, hasta encontrar la otra oscuridad y el otro reposo, único para cada uno. Quizá por eso a alguien le escuche decir, que la vida era como un fogonazo entre dos oscuridades.


PEPA FERNÁNDEZ
ENERO 2006

Carta desde el mundo rico a Trifonia

Querida Trifonia:

Criatura perteneciente a un punto del mundo perdido en el olvido. Desde que tomaste conciencia con la mísera realidad en la que te hallabas, aprendiste rápido el oficio de la supervivencia, y, esta fue la deidad de cada día en tu vida. Tuviste la argucia suficiente para pasar por ella sin resquebrajo físico y procurando por todos los medios, que al caer la noche tú estomago no crujiera. Todo esto para comenzar un nuevo día poniendo el empeño en la misma lucha.

Nunca sentiste necesidad de revelarte por nada, estaba todo concebido desde la aurora de los tiempos. Obedeciste leyes muy simples, que no estaban dirigidas para logros emparentados con el puro materialismo, sino que eran las marcadas por la madre naturaleza. ¿Que sabes tu de otras existencias?, manejadas subliminalmente para alcanzar suculentos objetivos capitalistas; tus inquietudes van por otros senderos, donde no existen las turbulencias de mercado.

Tú eres abanderada de la sumisión que se te exigió, aceptaste tu pírrico destino, por momentos más llevadero, por el simple hecho de sentir el roce de tus procreadores, piel con piel, y cruces de miradas, chispeantes unas veces y heladas y vacías, otras, esa es tu historia.

Trifónia, quizá la semántica de tu nombre lleve oculto el mensaje de los tres gritos que tus gentes pobres y engañadas, quieren dar a las otras gentes hastiadas y opulentas:

Grito acusador, lleno de miseria e incomprensión. Grito suplicante y dolorido.
Grito agonizante y ahogado por el poder y la indiferencia.

Ahora por el aire te llegan mensajes de otros mundos, de otros individuos afanados en conseguir a toda costa más riqueza, que están presos en sus propias cárceles; otros seres que se retan en frenéticas batallas de poder, que no encuentran tiempo para apreciar un paisaje, que ya les cuesta incluso sonreír, porque sus vidas las viven al límite de tensiones.

Desde tu pequeño universo varado en el ayer más primitivo, te llegan rumores a veces engañosos, aderezados con formulas mágicas, para salir de ese submundo. Tu maleta la llenarás de ilusión, con ella emergerás en el planeta de los desenfrenados, de los de gesto contraído, de los que no tienen tiempo para emplear en observar a sus hijos, porque están embarcados en una travesía en la que no hay vuelta atrás, sus vidas a cambio de una hipoteca y poco más...

Trifónia vendrás a formar parte de este caleidoscopio caprichoso. Entrarás en el juego que te marquen, tu tiempo no será tuyo. Tu aire impoluto y tu luna plateada no estarán en el paisaje de hierro, hormigón y ruidos desconcertantes de esta selva, sin verdes irisados, sin frutos tropicales y flores dibujadas por los Ángeles, sin mariposas ataviadas con trajes exclusivos. Esta selva no estará envuelta en ese olor que solo tú conoces.

Una mundana (6-12-06)