.....Y AHORA EN QUIEN CREO?


Observo con un cierto amargor, que poco a poco la consolidada cimentación y los firmes pilares que permitieron sostener las estructuras de la fe, la confianza, la seguridad, y alguna otra necesidad vital que obviamente tiene el hombre, se tambalean, se resquebrajan ante tanto estado de abyección en que ha caído el mundo, el próximo y el lejano, con sus mortales al frente. ¿Quizá siempre ocurrió así y no se sabía? ¿Quizá ahora existan unos "porqués", para que el hombre sea mejor?

En este espacio en el que nacimos y crecimos como personas, marcándonos para ello una ética, una moral y unas pautas a seguir, y donde al final vamos a morir, se ha montado una barahúnda tal, que las cosas que suceden, en muchos casos te dejan “fuera de juego”. Las religiones en ocasiones van unidas a la más infame de las violencias; o se han convertido en algo acomodaticio que se practica según el momento, otras veces se usan para manipular descaradamente a masas de personas, utilizando para ello una párvula hipocresía.

La organizaciones humanitarias te sorprende cuando te percatas de que desvían fondos para otros menesteres, o falsean datos para recibir estos fondos, o en fin, algunas funcionan como autenticas multinacionales des-humanitarias. Si se trata de algo más gubernamental, pues, más de lo mismo. El personal para hacer el estudio y la observación en tal o cual país necesitado, se desplaza en primerísima, los hoteles que sean de cinco mejor que de cuatro y a poder ser que un equipo de a pie le den el trabajo hecho. Al final si todo esto vale para algo, eso, ya no es relevante.

Se llega a saber que personas que acuden a proteger o a defender de la barbarie a otras, se dedican a mancillarlas vejarlas y violarlas. Bueno, para tranquilizar conciencias queda el convencimiento de que serán una minoría. Como mínimo alguna pregunta se habrá que hacer ¿o no?

A veces pienso que todo lo que se nos pone en bandeja a través de los medios, es una burda puesta en escena, que no queda casi nada auténtico, que todo está falseado, es como si el mundo real se estuviera licuando y quedaran solo meras sombras distorsionadas.

Al final siempre nos quedará la parcela pequeña de nuestra casa, la pequeña de nuestro entorno, y la más pequeña de nuestro yo. Y por supuesto el creer en la utopía.

Pepa Fernández Febrero 2006

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