EL A, B, C, DE LA EDUCACION

Analizando el asunto candente que trataba en su columna un incondicional de este periódico, quiero manifestar que coincido con él en el meollo de la cuestión, que trae de cabeza a muchos padres y a más de un juez de este país llamado España. Lo que está en el candelero, (que no en el candelabro), no es ni más, ni menos, que la educación.
Si los principios educativos de siempre, se hubiesen aplicado a la hora de formar niños y jóvenes, en lugar de prevalecer el endiosamiento de éstos, quizá por miedo a caer en aberraciones del pasado, es posible que no se hubiese llegado a donde se llegó. No se conjugó la formación de futuros ciudadanos, con el respeto a los mayores: mujeres y hombres que enseñan en las aulas, padres, abuelos, etc., porque al final, si a cada uno de estos que se supone son preparados educadores (salvo contados casos), y que son los que realmente pueden transmitir su saber y su experiencia, no se les escucha, no se les respeta, y se devalúa por completo su trabajo educativo, ¿Para qué implantar sutiles ideas con la última intención de trastocar el andamiaje en las conciencias morales de los jóvenes, si fallamos por la base?.
Se ha perdido el tren de la sensatez, si andamos prestos igual lo cogemos en marcha y llegamos a tiempo para empezar la casa por los cimientos y no por el tejado. Una vez fraguados estos cimientos, es el momento de aplicarse a fondo en el logro de conseguir maduros ciudadanos.

Pepa Fernández

1 comentario:

Rafael Castillejo - rafaelcastillejo.com dijo...

No todo fue malo en mis años de niñez. De la Enciclopedia Álvarez habría que rescatar las "Lecciones de urbanidad", por ejemplo. Por eso hay días en que echo de menos tantas cosas de las que muestro en mi viejo desván en la Red, y que si usted quiere le invito a visitar.

Un abrazo.

Nota.- Encuentro su blog por un comentario en el de mi amigo "Unjubilado", a propósito de una foto de Frank Sinatra que es la que elegí para esta semana.

Un abrazo.