UNA DE URANO

Al fondo de mi corazón has de llegar
Para conocerme
Es el aire mi cobijo
Extravagante mariposa soy
Ansiando libertad.
Dual en casi todo
Afincada en un mundo
De luces y colores
Brillantes soles
Son alfombras en mis pies
Dulce cadencia hay en mi voz
Y al que lo necesita
Sonrisas doy
Mi mundo gravita en pos de otros
Cambiante y alocada.
Si procediera, cautela demostrara
Compañera de viaje sorpresiva
En los brazos del futuro habito
Precursora de lo que vendrá me creo
En el laboreo domestico, no me veo
Me gusta vivir a mi manera,
Sin demasiados protocolos ni ataduras
Capaz soy de lucir mis perlas en mercados
Y mis botines de diario en saraos.
En el transitar de la vida
Justo uso de la razón hago
Y empleo a fondo el corazón
Pocas palabras me bastan para expresar el amor
Entroncar tu mano en la mía
Es lo que necesito
Para crear mi mundo de fantasía.

PEPA FERNANDEZ (por ser de acuario)

EL A, B, C, DE LA EDUCACION

Analizando el asunto candente que trataba en su columna un incondicional de este periódico, quiero manifestar que coincido con él en el meollo de la cuestión, que trae de cabeza a muchos padres y a más de un juez de este país llamado España. Lo que está en el candelero, (que no en el candelabro), no es ni más, ni menos, que la educación.
Si los principios educativos de siempre, se hubiesen aplicado a la hora de formar niños y jóvenes, en lugar de prevalecer el endiosamiento de éstos, quizá por miedo a caer en aberraciones del pasado, es posible que no se hubiese llegado a donde se llegó. No se conjugó la formación de futuros ciudadanos, con el respeto a los mayores: mujeres y hombres que enseñan en las aulas, padres, abuelos, etc., porque al final, si a cada uno de estos que se supone son preparados educadores (salvo contados casos), y que son los que realmente pueden transmitir su saber y su experiencia, no se les escucha, no se les respeta, y se devalúa por completo su trabajo educativo, ¿Para qué implantar sutiles ideas con la última intención de trastocar el andamiaje en las conciencias morales de los jóvenes, si fallamos por la base?.
Se ha perdido el tren de la sensatez, si andamos prestos igual lo cogemos en marcha y llegamos a tiempo para empezar la casa por los cimientos y no por el tejado. Una vez fraguados estos cimientos, es el momento de aplicarse a fondo en el logro de conseguir maduros ciudadanos.

Pepa Fernández

ADIOS A UNA ROMANTICA

“Amores se van marchando como las olas del mar
Amores los tienen todos, pero quien los sabe cuidar
Quien a los 15 años no dejo su cuerpo abrazar
Y quien cuando la vida se apaga y las manos tiemblan ya,
Quien no busco ese recuerdo……
El amor es como tierra que hay que arar y sembrar
Míralo al caer la tarde, no lo vengan a pisar….”

Este entre otros eran tus mensajes, evocados como solo tu supiste hacerlo, con una voz única, frágil y a la vez desgarrada, tierna o contundente dependiendo de lo que saliera de tu corazón, con unos registros en ella que no dejaban indiferente a nadie, envuelto todo en la más bella música, quizás por empeño tuyo. De esta manera nos regalaste las más hermosas baladas, baladas que hablaban del nacer, que es un poco la primera muerte (luego vendrán otras, hasta que llega la definitiva). Del querer hasta la locura, de lo agridulce del amor, de la cándida adolescencia, de la importancia de ser tu misma sin que nadie te confunda.
Desde la más aguerrida feminista a la más empecinada conservadora, todas las mujeres de aquellos años, adoptaron para sus reivindicaciones, además de para poner firme a alguno de aquellos chicos cincelados en el machismo (paradojas, materno casi siempre), el estribillo de tu canción “Yo no soy esa…”.
Hace algunos años sentí el placer de escucharte y verte muy de cerca, eras una pequeña mujer vestida con austeridad, podías pasar totalmente desapercibida, pero al comenzar a cantar eras atrayente, realmente eras una estrella, por tu voz, tus gestos, la forma de expresión en tus manos, escuchándote me sentía volar para casi alcanzar la utopía, con tus canciones lograba sensaciones como no había sentido antes, salía de la gris realidad del momento para meterme en tu bucle hecho con música y palabras que se atrevían a expresar cosas que de alguna manera todas llevábamos dentro, Tú , nos las sacaste con toda libertad al aire renovado, las dejaste flotando en las estrella y todas fuimos un poco Mary Trini.
Nunca vendiste ni tus éxitos ni tus fracasos, pasaste por el sendero de la vida calladamente, tu forma de ser, vivir o sentir quedo para siempre en tus canciones, en los registros de tu voz y en tus gestos que también decían mucho. Gracias por tu generosidad, por tu excelencia a la hora de gestionar tu vida.
En tu jardín nunca habrá ni otoños ni inviernos, las cosas tan bellas nunca mueren del todo. -Hasta siempre Mary Trini-
Pepa Fernandez

UN SUEÑO

Abrir puertas, ¿para pasar a donde?, ¿para cruzar qué? La puerta se convierte muchas veces en protagonista de sueños, es una reseña con diferentes significados en el universo onírico.
“Soñaba yo un día que caminaba por una calle empedrada y angosta, estaba muy oscura y la luna apenas se dejaba ver, para más agobio mío, me desplazaba sobre unos tacones que me doblaban literalmente las piernas, apenas me podía mantener erguida, una fuerza poderosa me empujaba, esa puerta imantaba todo mi ser, era majestuosa y estaba enmarcada por una aura que a mí me pareció algo divino. En la lucha por llegar a ella, caía y me levantaba, tropezaba con piedras, pero también con rostros enmascarados que a toda costa me querían disuadir de mi empeño. Llegué al punto de la depauperación, pero con fuerza todavía para empujarla, casi arrastrándome me cole tras ella y lo que vi era muy simple: la luz era el sol, que regalaba calor suficiente para prescindir de todo hábito; las personas que me encontraba eran tan hermosas como aquella luz, se limitaban a tumbarse en una alfombra de celeste algodón y a escuchar una música que venía no se sabía de dónde. Muy presta me despojé de todas mis “ataduras” y me dejé caer plácidamente en aquel lecho común.”

¡¡ SILENCIO ¡¡

¿Qué pasa realmente?; ¿se dice toda la verdad, o simplemente se ponen azucarillos al brebaje financiero para endulzarlo?; ¿las facilidades que daban los bancos a los de a pie, escondían quizás operaciones astronómicas de codicia a otros niveles?; ¿hay responsables de carne y hueso o esto es una maraña donde no se encuentran los dos cabos necesarios para tirar de ellos y poner en orden la madeja?; ¿Y con estos mostrencos apaños de dinero que se van a ejecutar, el sufrido contribuyente que paga rigurosamente todos los impuestos cómo queda?; ¿Cómo los amos del dinero y dueños a su vez de todos los secretos financieros llegaron hasta aquí?; ¿van a meter en el mismo saco a los que estamos abocados, ni más ni menos que a lograr que nuestros sueldos nos lleguen para cubrir los gastos mes a mes?; ¿es condimento imprescindible la perversidad en las catedrales del dinero?; ¿Se lavan conciencias colectivamente con fundación aquí y fundación allá, o quizá los que son alguien en el mundo del poder y el dinero están por encima del bien y del mal?.

Se oyen pocas críticas de cómo se está administrando este mundo, los que de primera mano tienen todos los ases para hacerlo, están calladitos y cuando se expresan, lo que sale de sus bocas está pesado, medido y calibrado, no vaya a ser que se cuele una palabra inoportuna y traiga negativas consecuencias, así que ¡ silencio!.

Seguro que a todas mis preguntas alguien tiene respuestas y seguro que estas son políticamente correctas como se dice ahora.

Bendito abanico

No me estoy refiriendo a esa cosa en forma de cola de pavo real, que al movimiento de nuestra muñeca, se mece aliviándonos las sofoquinas veraniegas, y cuya consistencia puede ser muy variada, dependiendo de los materiales empleados en su confección. Los hay de varillas de madera de peral, de ébano, de nácar, de carey, de papel, de tela, de blonda.... y algún elemento más que se me puede escapar, pero no, no estoy alabando el ventalle que se manosea durante todo el verano, sino la brisa que acariciaba mi cara cuando di hoy el paseo mañanero hundiendo mis pies en espumosa alfombra perfumada de salitre. ¡Qué armonía se lograba entre mar, arena, sol y brisa! era ésta la justa, ni fuerte, ni ausente, estaba ahí haciendo de etéreo abanico, casi podía tocarla, y al besar mi cara procuraba no ser molesta, sino todo lo contrario, era dulce y envolvente, por un momento sentí ganas de llevarla siempre conmigo.